Hay quienes viven desconectados de su cuerpo, como si fuera algo extraño.

Hay quienes se pelean con él, intentando cambiar su imagen con dietas, cirugías y actividades extenuantes.

Hay quienes odian su cuerpo, otros lo exhiben como un trofeo. 

Desconectado

Estar desconectado de su cuerpo conlleva muchos problemas y resta calidad de vida.

Estar en la cabeza, desconectado de sus emociones, tener la cabeza por un lado y el cuerpo por otro, ver su cuerpo como algo ajeno, no sentir, todo apunta a que hemos perdido nuestra entidad psicofísica, nuestra sensación de unión, identidad e integridad.

Debido a malas experiencias o a un estilo de vida inadecuado, hemos perdido lo "natural" y nos sentimos divididos.

 En las clases semanales trabajamos con el cuerpo y la respiración para volver a sentirnos UNO.

No me veo con buenos ojos

Nos construimos en relación a los demás. No hay un sujeto sin un "Otro". El primer "Otro" (los principales cuidadores) me devuelve una imagen de mi mismo, sobre esa imagen construyo mi identidad desde los primeros años de vida.

¿Cómo te ves a ti mismo? ¿Cómo te relaciones con el "Otro"? ¿Qué postura o rol sueles adoptar en un grupo?

Nuestra imagen y manera de comportarnos se forman muy temprano y quedan grabados en nuestro cuerpo. Si me veo pequeño, tonto, insignificante, débil... porque es la imagen que me ha devuelto mi entorno de pequeño, no podré sentirme de otra manera sin realizar un trabajo personal serio, consistente y largo.

Cuando la imagen que tengo de mi mismo es deficiente, afecta a todas las facetas de mi vida, a mi vida familiar, profesional y amorosa.

En las clases semanales, a través de la interacción con los demás, trabajamos sobre la imagen corporal, para hacer las paces con uno mismo y sentirse bien en su cuerpo.

Las palabras que me hicieron mal

Nacimos en un baño de palabras. El cuerpo no es sólo un organismo vivo, lleva las huellas de las palabras de nuestros padres, las marcas de sus deseos y fantasías.

Tuvimos que aprender a regular las necesidades de nuestro organismo según las normas de la sociedad. Nos han dicho "siéntate derecho para comer, no pongas los codos en la mesa, come con el tenedor, no dejes nada en el plato, saluda a este señor, di "Hola", no te toques allí en público..." Hemos tenido que aprender a ir al baño, a estar quieto, a guardar el silencio, a dormir a una determinada hora... Nos han dicho "te pareces mucho al abuelo, a esta actriz, eres gordo, flaco, torpe..."

Nuestro cuerpo es todo esto, una larga historia, única e irrepetible.

En las clases semanales, encontraremos las palabras que han dejado su marca. Las olvidadas, las incómodas:
Las verdaderas.