¡Hola y Feliz Año a todos!
Espero que os encontréis bien y la familia también.
Después de esas largas vacaciones, estoy preparando un nuevo curso de respiración y movimiento, para el mes de febrero, y quiero contaros por qué estoy enseñando estoy y cómo he llegado a conocer esta disciplina.
Hace unos 25 años me encontraba estudiando baile en una prestigiosa escuela llamada "Rudra Béjart" en Suiza.
Béjart es un reconocido coreógrafo que ha revolucionado el mundo de la danza, y su escuela compartía el mismo edificio que su compañía. Así que en los pasillos era normal cruzarse con los bailarines profesionales, con el mismo Maurice Béjart, así como alguna estrella de baile internacional invitada.
El curso duraba 2 años. Teníamos clases muy variadas, desde baile clásico y moderno, a circo, kendo, percusiones...
Éramos unos 18 alumnos de varios países, de entre 16 y 23 años, y convivíamos las 24 horas del día entre risas, lágrimas, mucho sudor y algo de estrés.
Todos veníamos de fuera, así que nos alojábamos en una residencia para jóvenes. En mi planta había tres italianos, una francesa y una israelí.
Y es con la francesa, Rachel, que empezó la historia.
Rachel era buena en todo. Destacaba en baile clásico, moderno, en teatro y en canto.
Además, era rebelde y sabía muy bien lo que quería. De hecho, rechazó un contrato con la propia compañía de Béjart después del primer año estando en la escuela, y se fue a Londres con otra. ¡Todo un sacrilegio!
Una noche, estábamos hablando ella y yo en su cuarto, y me empezó a hablar de un profesor, y me enseñó unos ejercicios que había aprendido con él, ¡los mismos ejercicios del curso de respiración y movimiento que di antes de Navidad!
Me acordaba de su entusiasmo al compartir sus conocimientos conmigo. Pero en ese momento, no me llamaron la atención. Me parecían ridículamente sencillos.
Nosotros éramos atletas, practicábamos muchas horas al día posturas y movimientos muy difíciles, exigentes y acrobáticos, y no pensé que ejercicios tan fáciles me podrían aportar algo.
¡¡Qué error más grande!!
Pero la vida ha sido generosa conmigo y me ha dado otra oportunidad 25 años más tarde.
Y aquí estoy, cada mañana, haciendo esos ejercicios sencillos y maravillosos que han llevado a Rachel a tener una magnífica carrera y, sobre todo, a ser una magnífica persona.
Porque no se trata solo de respirar y de moverse.
Se trata de la vida, de cómo te relacionas contigo mismo, con los demás, con el mundo.
Se trata de dar y recibir, de diseñar tu vida cada día jugando con las oportunidades y los problemas.
Rachel y su marido, un prestigioso coreógrafo irlandés, más unos 20 bailarines y 10 músicos, vinieron a dar un espectáculo en los Teatros del Canal de Madrid, en diciembre de 2021.
Es así como volví a entrar en contacto con ella después de tantos años.
El espectáculo fue increíble, no hay palabras, pero os diré que impactó a mi hijo de 9 años; hizo llorar a mi marido 3 veces (y mi marido no es especialmente emocional...); e hizo decir a Pedro Almodovar "¡Es increíble! ¡Nunca he visto algo así! Seguid así, es muy bueno!". (Eso me lo contó el coreógrafo después).
Invité a Rachel, a su marido y sus dos hijos a cenar a casa unos días más tarde.
Hablamos mucho, de todo un poco, del baile, del yoga, de la India, de aquellos años en Béjart, y allí me volvió a hablar de aquel profesor y de su trabajo, diciéndome que me podría interesar y que debería probarlo.
Pero la idea de ir a Francia para un curso de varios días en aquel entonces era impensable debido a los problemas de salud de mi hijo.
Me puse en contacto con Rachel unas semanas más tarde, y eso es muy complicado, porque Rachel debe de ser la única persona que está en los 40 que no tiene página en facebook, ni en otro lugar y tarda un mes en responder a un wassap.
Le pregunté si me podía enseñar los ejercicios de respiración por zoom, pero ella, como era de esperar, me dijo que no, que tenía que ir a Francia, que no había tutía.
Un día me llegaron dos libros de Irlanda, un regalo de Rachel. Cuando leí la contraportada del primero supe en este mismísimo momento que había descubierto algo importante.
Eran libros escritos por Jacques Garros, aquel profesor del que estoy hablando desde el principio, un jovencito de 88 años que lleva 50 enseñando. El que formó Rachel desde que ella tenía 12 años (en el conservatorio de danza de Bordeaux), el responsable sin duda alguna de la vitalidad, del talento y de la humanidad de mi amiga.
La vida se las arregló para que pudiese viajar a Francia el verano pasado, dándome la oportunidad de conocer, POR FIN, ese profesor y sus enseñanzas.
Esto es lo que intento transmitir con los cursos de respiración y movimiento.
En otro correo os contaré como sigo mi formación, y mis futuros proyectos, todos relacionados con el trabajo y la expresión corporal, la interacción de la psique y del cuerpo y mucho más.
Os hablaré del origen de esa disciplina y de sus aplicaciones terapéuticas.
Si tenéis curiosidad acerca de estas nuevas clases que imparto, podéis probar la clase de introducción del pasado curso de respiración y movimiento que impartí de octubre a diciembre 2022:
>> Para verlo haz click AQUÍ
Gracias por vuestro tiempo y atención.
¡Hasta pronto!
Aurélie
>> VER SEGUNDA PARTE:
50% Complete
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua.